Es necesario que se aprueben los Presupuestos públicos y poder asignar fondos a los planes de recuperación
Fecha: 04 Nov 2020
Los datos de paro registrado y afiliación a la Seguridad Social de octubre son paradójicos: aumentan ambos, tanto el paro como la ocupación, comportándose mejor que en otros años en el mismo mes. El empleo perdido en el primer golpe de la pandemia se va recuperando lentamente, pero esa recuperación puede verse lastrada por los rebrotes que se están produciendo. Por ello:
- Es necesario, para mejorar la situación sanitaria reforzar los servicios de salud, establecer las limitaciones necesarias por parte de las administraciones a la actividad y la movilidad y, sobre todo, mantener por parte de la población una actitud responsable y proactiva en la contención del virus, puesto que están en juego puestos de trabajo actuales y futuros.
- Los gobiernos deben ayudar a la recuperación de la actividad. Poco a poco se van aclarando las condiciones para la aplicación de los fondos de recuperación, pero es preciso que se aprueben lo antes posible los presupuestos públicos en todos los niveles de gobierno. Solo así se podrá asignar fondos a los planes que se han estado pactando y se podrán canalizar además las ayudas europeas. Entre esas medidas no deben quedar atrás las destinadas a mejorar los servicios públicos en general, ni las partidas necesarias para las políticas activas de empleo.
- El empleo que se genera en España es de mala calidad. Difícilmente se puede pretender mejorar el sistema productivo adaptándolo a la digitalización y la transición verde, mejorando la productividad, si la mayoría de los empleos son temporales y a tiempo parcial. Se precisa cambiar la legislación sobre contratación y mejorar los mecanismos de inspección y control para erradicar las prácticas en fraude de ley.
- Aunque se están tomando medidas de protección social y de protección a los parados, la cobertura se ha degradado, por lo que es preciso mantener una vigilancia constante para detectar colectivos que vayan quedando desprotegidos.
El paro registrado en Aragón asciende en octubre a 77.866 personas, lo que supone un incremento de 1.156 parados respecto al mes anterior, dato, en términos relativos, superior al nacional: 1.51% regional frente al 1.31 español. El paro aumenta más en mujeres que en hombres y, sobre todo, entre los menores de veinticinco años. Aumenta sobre todo en agricultura y servicios y, territorialmente, el dato es peor en
Huesca y Teruel que en Zaragoza
Un mes más, la dimensión de la crisis causada por la pandemia, se aprecia mejor en el dato interanual. En Aragón el paro respecto a octubre pasado ha aumentado un 19.36%, dato ligeramente inferior al nacional, con un crecimiento del 20.4%. También en términos anuales es Huesca, con un 26.64% de incremento, la provincia peor parada.
Los datos de afiliación a la Seguridad Social nos muestran un panorama distinto. Las afiliaciones crecen tanto a nivel nacional como regional. En España las afiliaciones han
aumentado en 113.975, lo que supone un aumento relativo mensual del 0.8%, mientras que en Aragón ese aumento ha sido más modesto en términos relativos, 0.49%, lo que supone 2.803 afiliaciones más.
Por sectores en Aragón pierde afiliación sobre todo la agricultura, pero también el comercio, la hostelería y las actividades sanitarias y sociosanitarias. Ganan empleo las administraciones públicas, la educación y los servicios culturales y recreativos ligados a ella y también los servicios auxiliares a las empresas, entre los que se encuentran las empresas de trabajo temporal. Por territorios Huesca pierde afiliación (-0.9%), Teruel apenas crece y Zaragoza se sitúa por encima de la media española.
El dato interanual también muestra las cicatrices de la crisis. España ha perdido en un año más de cuatrocientas mil afiliaciones (-2.26%) y Aragón casi nueve mil quinientas (-1.63%). Hay que apuntar que este dato se ha ido moderando en Aragón desde el mes de junio, en que alcanzó su descenso mayor durante esta crisis, más de tres puntos, para situarse en octubre en su descenso menor.
El sector más castigado en términos interanuales ha sido la hostelería, con una caída que supera los cinco mil puestos de trabajo (-12, 64%), con caídas importantes también en comercio, agricultura, educación, servicios recreativos y culturales y servicios personales. En positivo solo las administraciones públicas, los servicios sanitarios y sociosanitarios y, mínimamente, los servicios a las empresas. Por territorios, Zaragoza pierde más que la media y Teruel es la menos golpeada por las pérdidas de actividad.
La calidad del empleo que se crea está condicionada por nuestra legislación laboral, y es mala. Nuestro mercado de trabajo se ajusta despidiendo y contratando temporales, como lo demuestra esta crisis: el primer golpe para el empleo supuso en el mes de abril la pérdida de 750.000 ocupaciones en el régimen general de la seguridad social, de las cuales el 81% fueron temporales. De todo el empleo que se ha recuperado en ese régimen hasta octubre, unos quinientos mil puestos, el 89% es empleo temporal.
En octubre, un mes más, menos del diez por ciento de los contratos formalizados han sido indefinidos, en concreto el 9.48% en Aragón y el 9.82% en España. Pero a la temporalidad hay que sumarle el empleo a tiempo parcial para completar el panorama de la mala calidad del empleo: de todos los empleos generados en el régimen general de la seguridad social en octubre (107.580), el 62% son empleos a tiempo parcial. Del total de contratos que se celebran apenas el 6% es indefinido a tiempo completo, y en el caso de las mujeres esa proporción baja al 4%. El resultado es que solo el 50.67% de los afiliados al régimen general tienen un contrato indefinido a tiempo completo.
En cuanto a las prestaciones por desempleo, se aprecia una alarmante caída en la cobertura a los parados. Si excluimos las prestaciones por ERTE, la tasa de cobertura a los parados aragoneses ha caído del 64% en enero al 51% en septiembre (último mes del que se dispone de datos) de este año. Además, la prestación contributiva también ha caído de los 861 euros en enero a los 785 en octubre.